Señor Agente
Eran mi vecina y su décimo séptimo macho alfa. Tan pequeña como puta y tan tetona como zorra.
Abrí el portal avancé con la cabeza gacha hasta llegar al rincón dónde se magreaban. Desde la oscuridad noté sus marrones ojos hincándose en mis cojones y sus tiernos labios besándome el cuello.
Los miré, ella clavada en la pared aguantaba satisfecha las fuertes envestidas de su compañero sexual, él con los pantalones en las rodillas hincaba su polla contra la, ahora, dura tela de las bragas.
Me resigné mientras me empalmaba, rebusqué un cigarro en mi chaqueta. Comencé a subir las escaleras y a escuchar los ahogados gemidos de ella. Gemía enganchada a su hombre, rozándole los labios en sus orejas y sus suspiros penetraban en las orejas del muchacho. Supuse que ahora la polla del chaval había encontrado el buen camino y subía la empinada cuesta hasta las mismísimas tetas.
Y al mismo tiempo que él la follaba yo subía las escaleras hasta mi solitario apartamento. Entré, dejé el chaquetón encima de cualquier silla y mientras rebuscaba algo de cena, abrí una cerveza fría. Me senté en la mesa.
¡CLINGGG!
Mi cocinero eléctrico tenía preparada mi triste cena, pollo recalentado. Un pollo recalentado menos, otra noche menos.
Me dispuse a cenar en mi desordenado salón, tan desordenada como mi cabeza. Siempre he dicho que antes de ordenar mi apartamento debo ordenar primero mi atormentada cabeza. Parece una gran excusa filosófica; pero sólo es ingenio de vago.
Encendí la televisión. Unos capullos me intentaban vender unos cuchillos magníficos sólo porqué cortan: madera, tomates, patatas, hierro... El maestro cuchillero era un cheef de pacotilla detrás de un bigote y estaba acompañado de una rubia, con un gran escote y unas buenas tetas, no puedo decir nada más sobre ella.
En ocasiones estos anuncios te acaban convenciendo; lo sé y por eso cambié de canal; en busca de la emisora local, dónde chicas se restriegan el móvil por sus tetas, mientras mueven sus labios y cierran los ojos de forma espasmódica intentado recrear un orgasmo inexistente.
Chupan la antena del aparato, rodean con sus largas y rojas lenguas su tanga, se pasan sus mojados dedos por los duros pezones, rozan su lengua contra la lengua de otra chica. Después un número de teléfono.
Acabé abriendo una pequeña raja en el pollo recalentado. Mis dedos separaban ambos lados de la rajita, mientras yo introducía mi lengua y mi baba en aquel chocho recalentado. Fue fácil imaginarme que ese coño rapado y hormonado era el mismo que el de la rubia que salía en la televisión estirada en el suelo. En mi vida había chupado cosas mucho peores.
Bueno ahora ya estaba calentita, el pollo estaba deseando la penetración. Busqué una de mis películas porno preferidas, me escupí en mi polla, me masturbé mirando a una negra tetona esperando el momento justo. La escena en la que un trabajador del porno penetra brutalmente a una trabajadora. La negra comenzó a gemir, yo dejé el pollo sobre la mesa, volví a escupirme en la polla y…
TOC – TOC; TOC - TOC
¡Mierda! La puerta.
Era la vecina, estaba guapa, cómo lo estamos todos después de un buen polvo en el rellano del portal. "Pasa". Noté como su mirada se desvió hacía la televisión, dónde una morena en tanga blanco, daba vueltas alrededor de una barra. Sonrió.
-Es que es la única forma de poder ver a mi prima ¿A qué es guapa?- No creyó aquella estúpida salida.
-A ti lo que te pasa es que eres un guarrillo- Volvió a sonreír.-
-Buuuuenoo… pero mi prima y yo nos llevamos de puta madre. Siéntate, siéntate.
Ella se dejó caer sobre el sofá. La breve falda me dejaba ver de forma amable su nalga derecha. Y colocó sus dos manitas sobre su falda.
“Disimuladamente” me metí la mano en el bolsillo y me coloqué bien la parte más dura de mi cuerpo. Aquella tía me ponía bruto con tan solo mirarla.
-¿Quieres algo de beber?- Pregunté.-
-¿Tú que vas a beber?
-Yo me voy a poner un wiskie con...
-Yo quiero otro, sólo, con dos hielos.- Y su mirada se desvió hasta mi paquete.-
-¡Vale!- “La hija de puta sabe que estoy empalmado."
Me senté en el sofá, ella se acercó y bebió, mientras bebía no dejaba de mirarme a los ojos fijamente. Rió, su risa sincera e inocente vivía envuelta en unos carnosos labios ya despintados después de la follada en el rellano. Yo siempre de una manera torpe intentaba juguetear con ella, lo único que conseguía era una erección más dura.
Me levanté del sofá para poner otro copazo, cuándo ella me agarró de la cintura fuertemente, recostó su cabeza en mi muslo, alzó la vista y empezó a morderse sus labios mientras desabrochaba el pantalón, luego bajo el calzoncillo, la sujetó con sus pequeñas manos. La masturbó, le miró fijamente la punta, acarició mis huevos yo acabé con la copa y ella empezó a chupar. Sus cejas se encorvaron, su nariz se arrugó.
- ¿Pollo?- Pregunté.
- Si creo que si...
- ¿Te gusta? Es que estaba cocinando en calzoncillos y…- ¿Colará?
- Mmmmmm
En seguida supuse que le gustaba el pollo y la polla.
Empezó la lucha sexual. Aquella noche tenía una dura rival. Yo tenía una dura polla.
La estiré en el sofá, la abrí y ante mi apareció la droga del sexo. Se lo trabajé, lo acaricié, lo lamí, le regañé. Sus piernas empezaron a temblar y su barriguita aparecía y desaparecía, fue el momento, mi boca abarcó todo su coño; ella me agarró por la cabeza y un largo gemido saltó de su boquita y me sonrió. Se levantó rápidamente y me echo sobre una silla. Continuó cenando pollo.
Y cuándo ella removía todo su cuerpo encima de mi polla; el pollo recocinado cayó desde algún lugar sobre la cabeza de la vecina. Asustada, con el aceite corriéndole desde la frente, chilló y saltó de la cama hasta el vano de la puerta.
-¿¿¿¡¡¡¡QUÉ COJONES HA SIDO ESO???!!!! ES UN PUTO TROZO DE POLLO. ¿¿QUÉ OSTIAS TE PASA CON LOS POLLOS?? ¡¡ESTÁS LOCO HIJO DE PUTA, JODIDAMENTE LOCO!!!
Recogió su tanga, su sujetador y desapareció.
Yo restaba allí encima de la cama, con la polla medio erecta y notaba cómo el pollo se acercaba más y más. Tiré el pollo a la basura.
Cuándo abrí la puerta esta tarde vi un par de pollos tirados en el rellano y una gran pintura:
ESTE ENFERMO SE FOLLA A POLLOS. HIJO DE PUTA
Eso fue lo que pasó Señor Agente. ¿Puedo denunciar? Mire aquí están los dos pollos.