viernes, julio 21, 2006

Tengo algo que decirte

Sí. Se había cansado de su novia. No era mala chica, ni tampoco era, para nada, mala en la cama; incluso tenía un cuerpo demoledor. Pero él ya no se encontraba bien con ella, le faltaba esa pizca de pasión por un futuro prometedor a su lado. Julio necesitaba saber que su relación llegaría a algo, y de momento no lo veía nada claro.

Cogió su chaqueta del respaldo de su silla y salió del despacho ajustándosela con soltura. Llamó al ascensor, que llegó justo en el momento que se subía la cremallera.

Iría a su casa, a echar la siesta de después de trabajar, y luego quedaría con ella y se lo diría todo. Todo aquello que pensaba decirle desde bastante tiempo atrás, pero que le costaba tanto de soltar que siempre que se aventuraba a hacerlo, le podía la cobardía y el miedo. Pero hoy era distinto. Esta tarde sería la definitiva.

El despertador sonó a las 5 de la tarde, haciendo botar de un respingo a Julio que, con la rabia que consigue desprender la apatía del recién despertado, lo apagó a torpes manotazos. Cinco minutos después ya estaba en pié.

Salió de su casa y se dirigió hacía la cafetería donde habían quedado. La misma cafetería a la que recurrían cuando no tenían plan que hacer, la misma cafetería donde iban los domingos a tomar algo al atardecer, donde se cogían de la mano y hablaban de sus cosas. En aquella misma cafetería donde se conocieron hacía ya tres veranos.

Faltaba una hora para que fueran las siete, momento en que habían quedado. Ella salía de trabajar a esa misma hora, y en cinco minutos estaría allí. Por tanto, le quedaba una hora y cinco minutos para que ella apareciera por la puerta, con semblante alegre; le quedaba una hora y cinco minutos para acabar con tres años de relación y…..

-¿Desea tomar un café, señor?

- No, gracias. Tráigame un whisky solo. El más caro que tenga, ah! y sin hielo, por favor.

….emborracharse tímidamente como método de relajación ante tan dura prueba de valor.

A aquel ‘Glenrothes’ que le sirvió la camarera instantes después de que Julio lo pidiera, le siguió uno más. Llevaba dos ’18 – year old whisky’ y aún no habían pasado treinta minutos. La borrachera no era tanta tímida como se propuso. Más bien, era la necesaria.

Fumó cigarro tras cigarro, hasta que a las siete y diez minutos (con leve retraso) apareció ella por la puerta. No sonreía.

- Hola. – dijo él, evitando mirarle directamente a los ojos, bajando avergonzado la mirada mientras se rascaba una oreja.

- Hola, cariño. Hola. – Respondió. Ella también parecía como avergonzada, como si también se enfrentara a una dura prueba de valor.

(Como si ya lo supiese).

Julio salió de su nube de pudor al ver que ella estaba preocupada, lo desveló el nerviosismo de sólo pensar que ella esperaba lo que iba a decir, como si se hubiera dado cuenta hace tiempo, como si estuviera esperando a que tal día y tal conversación llegara.

- ¿Como te ha ido el día? Te veo algo cansada, ¿todo bien? – Rompió el hielo con la pregunta prediseñada para tales casos.

- Bueno….lo normal. Sí, todo bien. – contestó ella. Pero seguía desviando la mirada al hablar. Aún estaba ausente con la cabeza en otro lado.

Julio empezó a notar un gota de sudor frío resbalarle por la sien. (¡Menuda tensión se respiraba en aquel momento!).

No podía esperar más. No importaba que ella intuyera lo que le iba a decir, o tampoco importaba que ella tuviera algún problemilla que contarle. No. No importaba nada. Tenía que quitarse ese peso de encima, tenía que decirle que ya no veía futuro en su relación y que la dejaba.

- Cariño. – se apresuró a pronunciar. Se le echó el mundo encima en solo un segundo, pero se lo iba a soltar ya. – Tengo algo que….

- Tengo algo que decirte. – Le interrumpió ella de golpe, dejando en un leve balbuceo las palabras que Julio estuvo a punto de pronunciar. – Estoy embarazada.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

- Otro Glenrothes para mi, por favor...

Cojones... No podía tener mejor final.

Como me he llegado a poner en la situación del pensativo bebedor de buen wsikie maltés; gracias.

Maestro, gracias por la conversación en el oscuro bar de las toses.
Me ha hecho mucho bien.

:::: Evolucionando :::::

11:03 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Otro 'eighteen' para ti, evidente, si mi personaje merece dos, tu no seras menos. xD

Agradezco que fuera provechosa la conversacion, pero joder, entre escritores no kreo k haya conversacion vanal, asi que no se merecen las gracias.

en la evolución esta la mejora, k decir tiene.

Mejoraremos jodeeeeer, hasta lo alto del vertigo que nos vende la ilusion a cambio de esfuerzo!!!!

(We're writers)

5:14 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

si esto fuera para un guión, creo que empezaría por el final... como seguiría. Creo que ahí esta realmente el reto de escribir este relato. Seguirlo una página más.

3:42 p. m.  

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