Al lado de las vías
Al lado de las vías,
dos chavales comparten un porro.
Rieras que arrastran chinas
y esconden mentiras.
A través de un cristal negro.
El tren silva. Otro suicidio.
Todo ahora está tintando de rojo.
Chalecos reflectantes sobrevuelan la zona;
a la noche la pinta las sirenas
Había alguien esperándola al otro lado.
El cristal tintado de negro
se le clavó en los ojos;
A su novio; a él; a su viudo.
Bajan de los vagones;
a pocos les importa el suicidio,
el viudo.
Llegar puntuales, llegar pronto
es más importante.
Hasta que la muerte
NO se sienta un día,
con nosotros a comer;
NO la queremos ver.
Unos tratan de juntar existencias
de una vida ya pasada.
Otros reclaman autobuses de línea
¡Con urgencia!
La manta térmica daba coletazos al viento;
los últimos coletazos de amor:
El teléfono estremeció el salón.
Fue descolgado.
Luego, cayó al suelo regado
con lágrimas de corazón.
Pero ya tenían su autobús.
Yo seguí en el tren.
2 Comments:
y subir un escalón más es el metro. es más ciudad, más prisa, más demanda de eficiencia y prisa. quedarse atrapado entre tren y andén. mitad vivo mitad muerto. a mi me pasó en drassanes, primer vagón, sentado a la derecha... y pienso como mi peso contribuyó a cortar en dos a un infeliz
Y una vez que la luz vuelve a escupirte a la cara;
cuando el Sol abraza asquerosamente todo tu cuerpo.
Necesitas recoger algo más que ese aire caliente
que peina a cada una de las cientos de cabezas que te rodean.
Levantas la cara para insultarle al Sol
y otro infeliz buscando la felicidad
se precipita desde un 20º piso
perseguido por la cobardía.
Mientras lo miras piensas:
"Vaya día..."
y rebuscas algo de tabaco malo
de entre los bolsillos.
Lo peor creo que es la indiferencia que nos puede llegar a causar las muertes, muy diferente a la gran preocupación que nos causa LA MUERTE, la pérdida de nuestro yo. Nada más (y muchas cosas menos) que eso.
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