domingo, noviembre 07, 2004

Anoche

Ante mi, una zorra encocada y empastillada. Nuestros blancos ojos se cruzaron en algún momento del tiempo. Aquella tía se acercó, me sacó la lengua. Hice una pequeña ofrenda al dios Dionisio. Deposité una pastilla sobre aquel pegajoso músculo. Agradecida metió su temblorosa mano en mis pantalones.
El vicio y el deseo se apoderaron de nuestros cuerpos. Nuestras lenguas corrían por nuestros interminables cuerpos. Las manos se trasnformaban en tanga, calzoncillo, sujetador, pelos, lengua.

En el coche, el polvo blanco fue el prolegómeno. Se deshizo de su breve falda y conocí a sus tetas. Rígidas, duras, compungidas gracias al frío.
Estaba empalmado. Metió mi calor en su gran boca. Mis dedos se adentraron en aquel cuerpo. Un gran suspiro seguido de un sensual temblor de sus piernas; acabó pintando de vapor los cristales del vulgar coche.
Follamos, follamos. Los cubatas sodomizaron a las cervezas. La coca y las pastillas follaban apasionadamente, mientras los porros se pajeaban en algún oscuro rincón.
Aquella ceremonia acabó. Temblábamos, nos abracemos. ¿Amor? No, sólo frío. Nos limpiamos como gatos con dos clínexs.
Volvimos dentro, ella buscó a su amiga, quería más coca. Pedí un cubata. Aquella servil chica dejó el vaso encima de la barra, junto las cañitas muticolores. ¿Cómo seria aquella camarera en el desordenado coche?

Según estudios, el hecho de imaginar o visualizar determinadas acciones provoca una actuación de las neuronas de tal manera que se activan todas las funciones cerebrales como si estuviéramos realizando aquella acción. Es como si realizáramos cualquier actividad pero sin movimiento alguno. Por ejemplo, podríamos fortalecer nuestros músculos tan sólo visualizando los ejercicios sin necesidad de llevarlos a cabo.
Así que, hacemos realmente aquello que visualizamos o imaginamos en nuestra psique. Por lo tanto, lo realizamos no sólo estamos imaginando.
Acababa de violar a aquella camarera.

Un largo trago. Pensé en mi trabajo. Estaba hasta los cojones de aquella oficina, dónde violaba diariamente a compañeras y secretarias desde mi pequeña mesa, sentado delante del ordenador.
Imaginé a mi jefa atada en su gran sillón de cuero negro. En su sala de tortura, su gran y espacioso despacho. Subirme encima de la mesa y cagarme en todos esos informes y tablas que siempre son: “para ayer”. Cogerlos después y tirárselos de uno en uno y ver como su blanca piel se convierte en mierda!¡Pura mierda!
Las luces se encendieron. Mis pérdidas pupilas intentaban guiarme hasta la salida.

Después de aquella noche, mi imaginación es realidad y mi realidad es imaginación.
¿Que sucedió?

2 Comments:

Blogger Violeta said...

Todo sucedió...
En serio, y no lo digo como uno de esos comentarios pelotas, joder, que me encanta como escribes.

8:45 p. m.  
Blogger Hombre_Ratón said...

hola guitarristasexy,
muchas gracias por todos tus comentarios!!
un besote guapisima! vales mucho violeta

11:00 p. m.  

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