domingo, noviembre 06, 2005

Mi perro

Mi compañera viajaba continuamente y yo trabajaba desde casa. Así que decidimos comprar un perro.

El animal me hace mucha compañía; a mi no me gusta beber sólo.
Además siempre supe que se puede llegar a follar con una mujer a través de un perro o un bebé, ambos monos.

Durante los primeros meses no saqué rendimiento de mi perro. El hijo de puta era un bebé mono pero era necesario que estuviese en casa.
Luego, paseé a mi cachorro por parques de la zona intentando localizar aquel en que hubiesen más mujeres que: abuelos, abuelas y niñatos pajeros. Aunque yo fui y acabaré siendo uno de ellos.

Al fin lo logré.

Se trataba de un parque en un barrio residencial que había sido construido recientemente. Dónde habitan felices parejas de recién casados y de recién estrenado perro.

Las recién casadas son perfectas. Culos duros y prietos de gimnasio, tetas todavía por mamar, coños rasurados, suaves, deliciosos y aún follados con dulzura y amor.
Salen por las mañanas, duchadas, peinadas y perfumadas para asistir a su puesto de trabajo con su perro al final de la correa extensible.
Abren la puerta del edificio contentas por su trabajo, por su nuevo piso y porqué ayer siguieron intentando tener una preciosa niña a la que hacerle coletas y vestirla con preciosos conjuntos.
Son las que están más buenas, pero no pude meter mi endiablada polla en aquellos cuerpos angelicales. Por más que frotase a mi cachorro por entre sus piernas.

Mi perro iba creciendo, cada vez teníamos una mejor relación y me obedecía. Nadie en mi vida me había hecho caso hasta que me encontré con este saco de pelos. Le encantaba jugar conmigo y siempre estaba pendiente de mi. Era el caso opuesto a mi compañera; embarcada en su trabajo y encabezonada por su ascenso. Nos veíamos muy poco y todavía follábamos menos.

Decidí entonces cambiar de parque y con eso, de objetivo. Mujeres, mujeres mayores que yo. El plan era simple y magistral. Hacerles sentirse especiales y quedarse maravillado con cualquier cosa que digan. Y funciona, simplemente porqué sus maridos hacen todo lo contrario.
Así empezaron mis polvos entre pezones enormes, culos deformados por la celulitis y coños con grandes matas de pelo.
Disfrutaba muchísimo. Mamadas excepcionales acabadas en corridas por todo su cuerpo. Folladas salvajes en las que el cabezal de la cama destrozaba la pared. Mi polla restregándose entre dos flácidas y largas tetas. Culos vírgenes destrozados mientras se hacían las lentejas.

Fueron tiempos fantásticos; pero me cansaba tener que buscar a mi presa, semana tras semana, de mes en mes.

Mi compañera fue ascendiendo y llegó a ser directora de departamento. Aunque esto no cambió nada, ya que era una business-zorra y siempre queria más y más; todo lo contrario que en la cama.
A parte, siempre pareció no importarle mis infidelidades, así que todo aquello tenía mucho menos morbo y me excitaba mucho menos. Además ella viajaba mucho más.

Fue una época difícil, decididamente sumergido en el alcohol, sin compartir mi sexo con alguna otra persona y encerrado en mi casa.
Me masturbaba a diario cada cuatro horas. Veía películas porno de todo tipo. Quedaba con transexuales que conocía a través de Internet. Practicaba ciber-sexo contra un melón ante una audiencia del chat deseosa de ver mi polla hundiéndose en la fruta y cómo después me comía satisfecho al violado melón.

Durante todo este tiempo él siempre ha estado conmigo. Mirándome atentamente con su muñeco colgándole de su pequeña boca. Rascándome con sus manitas para que lo volviese acariciar. Tumbado a mis pies, mientras leo. Lamiéndome la cara cuándo caigo al suelo después de la penúltima copa. Durmiendo en mi cama, prestándome su calor.

Una noche mi compañera volvió de un viaje “súper-súper-importante cielo” que la mantuvo alejada de casa más de dos meses.
Le preparé su cena favorita, estaba cansada y se fue a dormir. El perro subió a la cama y ella lo tiró al suelo de una patada.

Todo pasó extrañamente rápido.

Ahora; mi compañero es un perro y los dos trabajamos en casa. Así que decidimos matarla.
Y si, nos follamos.

4 Comments:

Blogger Sergio Lesmes said...

tiooooooooo

¿akabo de leer sexo con chica, viejas y animales?¿ maxo....aki ay mas materia en en todo el blog!! hasta con melones!!! xDDD

genial la comparacion de lo inverso ke puede yegar a ser una relacion sentimental, a tener maskota

Como siempre tan enfermo!! sigue asi!!
nos vemos en los parkes de chochos viejos paseando nuestros perros salchichas!!!

2:26 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

A esto lo llamo yo estar enfermo...Decir q es literatura basura seria decir poco...Nunca habia leido nada + asqueroso hasta q por casualidad llegue a esta web.Hay q tener estomago para leer estas asquerosidades y para escribirlas ya ni te digo...No hay otra palabra para describiros más que:enfermos!!

12:54 a. m.  
Blogger Hombre_Ratón said...

Muchas gracias doctor/doctora Anónimo por este diagnóstico tan acurado.

La vida no es maravillosa y mientras escribo esto, seguramente se estará grabando en algún lugar una película zoofílica, cosas de la misma vida. Mucha más gente de la que puedes imaginar (y menos que la que yo imagino) practica alguna modalidad descrita en el relato en tú mundo maravilloso.

Más gracias todavía por leer el MURO. Y por decir que es asqueroso.
Besos Doctor/Doctora

2:31 p. m.  
Blogger Violeta said...

Ajquerosooooo! Emborraaaao! Edificio azuuuul! Er... guapo!

10:08 p. m.  

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